sábado, 15 de febrero de 2014

Tú. Por qué.

Palabras vanas. Vacío. Ojos tristes. Soledad. Frío. Tu cabello mecido por el viento. El tiempo. La vida. Mis manos níveas. Rostros congelados. Corazones rotos. Sentimientos que ahogan. Partituras. Dolor. Calma. Caricias. Océanos. Espejos. Miedo. Ángeles en la nieve. Música. Sangre. Tu piel. Lágrimas. Mentiras. Realidad. Sueños. Tú. Por qué.  

martes, 11 de febrero de 2014

Deatherine

Aquella mujer me dejó realmente trastocado. Era demasiado extraña y bella como para pertenecer a este mundo. Eso fue lo que pensé cuando la vi por primera vez. Su piel era demasiado pálida, sus ojos demasiado oscuros, su cabello demasiado negro, sus labios demasiado morados y su mirada demasiado fría y apagada. Aun así se me antojaba terriblemente perfecta. Más que andar parecía deslizarse, como un gato, pisando tan suavemente que nada tenía que envidiar a la más experta de las bailarinas. Sin embargo, nunca hablaba, y tampoco demostraba tener intenciones de hacerlo. La gente la ignoraba, y ella daba la sensación de estar agradecida por pasar desaparecida entre el ruidoso gentío. Creo que nadie notaba que estaba ahí y, si no fuera porque se movía, más de uno hubiera pensado que estaba muerta. De hecho, antes de cruzar con ella unas únicas pocas palabras, yo pensaba, al verla, que estaba muerta en vida. Por eso no me extrañó, en parte, enterarme de su verdadera naturaleza.

“¿Quién eres?” llegué a preguntarle cuando auné las suficientes fuerzas como para hablarle.

Ella sólo me miró a los ojos, provocándome unos intensos escalofríos, y yo sentí el impulso de retroceder. Pero antes de que lo hiciera, ella abrió la boca, y me hizo conocer su voz por vez primera. Una voz hermosa, aterciopelada y, a la vez, aterradora.

Nunca olvidaré aquellas palabras…

“Soy la dama de la muerte”.

Lo dijo sin inmutarse siquiera, sin que su voz temblara, sin elegir las palabras cuidadosamente. Lo dijo como si fuera natural para ella. Y fue por eso que la creí. Y entonces pensé que no podía estar más asustado que en ese momento, pero que deseaba saber por encima de todo la verdad.

“¿Cuál es tu verdadero nombre?”, pregunté de nuevo. Ella no respondió esta vez. Se limitó a sonreír levemente, un pequeño curvamiento de sus mortecinos labios que apenas pude percibir. Se giró grácilmente y comenzó a alejarse de mí. Por cada paso que daba, el pensamiento de que no podía dejarla ir sin obtener respuestas fue aumentando, y me dispuse a ir tras ella. Pero sentí como algo invisible me impedía avanzar,y ella se alejaba cada vez más y más. Estuve a punto de gritarle que se detuviera, pero no hizo falta. Ella detuvo su andar y se giró de nuevo hacia mí, sonriendo esta vez ampliamente.

“Deatherine. Mi nombre es Deatherine”, dijo.

Y reemprendió su camino. Cuando ya no podía verla, el invisible muro que me retenía desapareció. Y aunque corrí y corrí, ella ya no estaba. Nunca volvimos a saber de ella, y nadie la echó de menos realmente. Porque era como si nunca hubiera estado allí. Y a pesar de todo, ella dejó una huella en mi corazón imposible de borrar. No fue amor lo que sentí. No fue odio, tampoco. Ella ni siquiera me llegó a gustar. Sólo era terriblemente atrayente e interesante. Y cuando descubrí su secreto, éste me consumió por dentro.

Porque nunca sabré si realmente era la dama de la muerte, o simplemente estaba loca. Lo que si sé con toda seguridad es que jamás he logrado ver a una mujer más hermosa que ella.

Si es que… si es que era sólo una mujer.

Anthem of the angels

Mientras la lluvia golpeaba el cristal, yo sólo podía pensar en aquellos maravillosos ojos azules. En cómo brillaban de alegría, y cómo rozaban un tono grisáceo en los momentos de tristeza. Y en esas adorables arruguitas que se le formaban cuando reía… Ahora sus ojos están apagados, cristalinos, lejanos. Como si nunca hubiera pasado la vida por ellos. Y es que sus ojos están muertos. Tan muertos como ella. Tan muertos como yo.

Aún creo ver su reflejo en el espejo, tras de mí, en esas mañanas nubladas en que todo iría  triste si no fuera porque ella, con su preciosa cara de recién levantada, la iluminaba hasta lograr que saliese el sol dentro de mi corazón. Aún creo verla en el sofá del salón, con los pies sobre la mesa y una bolsa de patatas fritas en la mano, comiendo y comiendo sin engordar nunca, disfrutando de una de esas películas vintage que tanto le gustaban. Aún recuerdo verla en la puerta de mi casa, con un par de pequeñas maletas a su lado, pidiéndome asilo porque no tenía adónde ir. ¿Y cómo negarme ante aquello? Si ella era la dueña de aquellos ojos que tanto me cautivaban, y tenerla tan cerca calmaba mi propia alma.

Y ahora ya no está. Su aroma sigue impregnado en el sofá, en los almohadones, en la cocina, en su cuarto. Su almohada aún huele a ella. Pero ella se desvaneció. Un maldito conductor borracho, un coche que no frenó y una chica que estaba en el lugar y momento menos indicados. Un golpe. Sangre. Y una vida reduciéndose a simples cenizas. Dime, ¿dónde estaba Dios en aquel momento, eh, tú que creías en él con todas tus fuerzas? Te abandonó y te dejó morir. Te arrancó de mi lado. Y así también me dejó muerta en vida a mí, porque mi corazón se fue contigo… y con tus ojos color mar.


There is nothing after you,
I can see it in your eyes,
sing the anthem of the angels
and say the last goodbye...


Y ahora ya no puedo tenerme en pie. Te veo en todos lados, ¿sabes? Veo tu rostro y cuando intento tocarlo no es más que una ilusión. Y lo siento si me creías más fuerte, si te avergüenzas de mí desde ahí arriba, pero yo ya no puedo tenerme en pie. Es demasiado para mí. No he logrado encontrar motivos para levantarme, para comer, beber, dormir. Motivos para vivir. Siento que cada vez mis fuerzas merman más. Te echo demasiado de menos… Sé que me consumirá la pena si no acabo yo con todo antes, y ese maldito Dios tuyo que nunca existió no hará nada por evitarlo. Ojalá pudiera volverte a ver aunque sólo fueran unas horas… pero sé que no puedo confiarle mis deseos a imposibles.


I keep holding onto you,
but I can't bring you back to life,
sing the anthem of the angels
and say the last goodbye...


Así que he tomado una decisión… voy a reunirme contigo. No necesitaré ningún conductor borracho, ningún coche haciendo eses. Estaré en el lugar y momento que yo elija. Me tengo a mí misma y a mí fuerza de voluntad. De alguna manera lograré volverte a ver, tocar, sentirte… 

Nos vemos esta noche, pequeña…

Las rosas huelen a rosas

La tomé del brazo y tiré de ella con fuerzas, mientras las olas jugaban con nuestros pies. Ella me seguía a duras penas, dando tumbos por la arena y pidiéndome una y otra vez, entre risas, que parara. Y justo cuando iba a ser la sexta vez que lo repetía, paré en seco y ella chocó contra mi espalda. Me giré y la agarré de la cintura antes de que pudiera caer. Un leve sonrojo tiñó sus mejillas blancas como la nieve, y no pude evitar perderme en sus ojos azul cielo. La miré de arriba abajo exhaustivamente, y su sonrojo aumentó. Y es que desde su cabello hasta sus pies, ella era absolutamente perfecta. Ese pelo tan rebelde, danzando al son del viento, tan suave al tacto. Esos ojos tan hermosos, tan azules, tan profundos como el mismísimo océano. Esas mejillas tan sonrojadas, tan dulces, tan infantiles. Esos labios tan rosados, tan adorables, prometedores de tantos besos que aún no he probado. Ese cuello tan apetecible. Me imagino enterrando mi nariz en él y aspirando su aroma. ¿Las rosas huelen a rosas? Ese cuerpecito tan pequeño que da una enorme sensación de fragilidad y debilidad. Esas manos níveas, pequeñas y finas, tan hermosas como lo es ella misma. Y es que los pétalos son tan hermosos como lo es la propia rosa. 

Fue con su voz con lo que regresé a la realidad. Su voz deshizo el hechizo y cerré los ojos, sólo para volver a abrirlos y cerciorarme de dónde estaba. Estaba en la playa, rodeada de caracolas, con el sol a punto de ponerse y con el ruido de las olas como melodía de fondo. Y ella estaba delante de mí. Me miró a los ojos y sonrió, y yo sentí esa sonrisa como una nueva promesa.

-¿Puedo?-pregunté.

Ella asintió, algo avergonzada, y yo me incliné para besar su frente, luego su nariz y luego cada una de sus mejillas.

-¿Segura?

Volvió a asentir, y bajé delicadamente hasta sus labios, primero rozándolos, y profundizando ese beso a medida que el ansia se incrementaba. Ella comenzó a corresponderme, a mover sus labios al ritmo de los míos, creando un baile único. Tan único como el lugar y el momento en que estábamos. Sólo nosotras dos, las caracolas y las olas del mar. Y sólo nuestras respiraciones agitadas al separarnos por la falta de aire.

La miré a los ojos de nuevo, esbocé una pequeña sonrisa y la abracé con fuerza. Ella correspondió, rodeando con sus brazos mi espalda, y yo enterré la nariz en su cuello, como había estado deseando hacer desde hacía mucho tiempo. El aroma que emanaba me embriagó, y susurré:

-Las rosas huelen a rosas…

-¿Qué?-preguntó ella en voz baja, para no arruinar la magia del momento.

-Nada… que te amo-le dije al oído, acariciando con los labios su oreja. 

Ella sólo intensificó el abrazo, y yo no dije nada más. Nos quedamos en esa posición hasta que el sol se puso, y sólo entonces nos separamos y nos miramos la una a la otra. La tomé de la mano y volvimos a correr como al principio, yo delante y ella detrás de mí, acompañando la carrera con su melodiosa risa. 

Sólo que esta vez todo era diferente. Y, por una vez, no fue un sueño más.

Fue tan real como el más tierno de sus besos.

viernes, 17 de mayo de 2013

¿Cómo soy en tu imaginación?

La chica se dirigió a la estantería y cogió la pluma más preciada de su colección. Cogió también papeles de carta y con todo ello se sentó a la mesa. Suspiró ligeramente, tomó la pluma y uno de los papeles y comenzó a escribir. Media hora después, terminó y leyó lo escrito. Con una mueca, arrugó el papel haciendo una pelota y lo lanzó a la papelera. Cogió otro, se mordió el labio y volvió a escribir. Al acabar y leerlo, suspirando, repitió la acción anterior, como si la papelera fuera una canasta de baloncesto y a ella le fuera la vida en encestar.

-Tantas cosas que decirte que no sé por dónde empezar...-murmuró.

Cerró los ojos y apoyó la cabeza entre sus manos. Instintivamente miró a la pared, donde tenía colgados unos versos; regalo suyo. Y entonces, al leerlos, se le encendió una bombilla y retomó su tarea. Concentrada, comenzó a escribir y sonrió.


¿Cómo soy en tu imaginación?


¿Cómo soy cuando sonrío? ¿Cómo soy cuando me enojo? ¿Cómo soy cuando estoy al borde de las lágrimas? ¿Y cómo soy cuando ya no aguanto más y rompo a llorar? ¿Cómo son mis "Estoy bien"? ¿Y mis "Te quiero"? ¿Cómo soy yo en tu imaginación?

¿Cómo son mis abrazos? ¿Cómo son mis caricias? ¿Y cómo mis besos? ¿Cómo soy cuando el sol se refleja en mi cabello y ojos? ¿Cómo soy cuando desvío la mirada? ¿Cómo soy cuando me apoyo en tu hombro, sujeta de tu mano? ¿Cómo somos los dos partiendo nubes con el dedo? ¿Cómo soy cuando sueño imposibles? ¿Y cómo soy cuando tan sólo estoy dormida? ¿Cómo soy en tu imaginación?

¿Cómo soy cuando me llevas la contraria y comenzamos a discutir como dos idiotas? ¿Cómo soy cuando me halagas? ¿Cómo soy cuando una canción me recuerda a ti? ¿Cómo soy cuando le abro mi alma a la música? ¿Cómo soy cuando me ilusiono? ¿Cómo soy cuando estoy a punto de explotar? ¿Cómo soy cuando tus palabras me hacen daño? ¿Y cómo soy cuando imagino cómo puedes llegar a imaginarme?

¿Cómo soy en tu imaginación? 


Dejó la pluma en la mesa, leyó la carta y asintió con aprobación. Se levantó y se dirigió de nuevo a la estantería, alzándose de puntillas para alcanzar una botella que había en la parte más alta. La llevó a la mesa, dobló bien la carta y la metió dentro del recipiente de cristal.

Tapó la botella, bostezó y la dejó encima de la mesa. Miró la ventana y las estrellas, reinas del cielo. Entonces decidió que era hora de dormir.
*-*-*-*-*


Los primeros rayos del sol la despertaron de un ligero sueño. Se levantó de la cama y miró por la ventana el hermoso día que hacía fuera: la luz, aún débil, rebotaba contra el mar, sacando de este todo su esplendor. El cielo estaba sin una sola nube a la vista, y las gaviotas habían comenzado ya su actividad diaria. Se vistió con una sonrisa, entró en el salón, cogió la botella con la carta en su interior y salió de casa. Respirando el aire fresco de la mañana dirigió sus pasos hacia la playa.

Sus pisadas quedaban marcadas en la arena húmeda, y las revoltosas olas jugaban con sus pies. Todo el mar parecía querer jugar con ella y, por alguna razón, vio el agua más clara y azul que nunca. Se sentó en la arena y miró hacia el horizonte; su mirada pronto quedó perdida.

-¿Cuánto mide el mar?-se preguntó.

Observó la carta en botella que estaba entre sus manos y volvió a sonreír. Se levantó, se acercó más al agua, mientras las olas la envolvían, y tiró la botella al mar. Después volvió a sentarse, observando cómo la corriente arrastraba el recipiente de cristal lejos de ella.

Se tumbó en la arena y cerró los ojos, adormecida.

¿Cómo soy cuando sueño con cruzar el mar? ¿Cómo soy en tu imaginación?

Entre las estrellas

Está en la perspectiva de una niña de siete años.


Entre las estrellas


Mamá termina de meter las maletas en el coche, y nos hace subirnos a mano y a mí. Se monta y papá, que ya está dentro, arranca el coche. Me pongo a cantar tratando de hacer más entretenido el viaje, y entonces una persona me pasa por la cabeza.

-Mamá, ¿dónde está tito?

Ella mira a papá y niega suavemente con la cabeza.

-Tito está en el hospital, hija.

-¿Por qué?-pregunto asustada.

-Por nada-responde, desviando ligeramente la mirada-. Sólo ha sido un susto. Mañana estará con nosotros.

-¿De verdad?

-De verdad.

Asiento, tranquila, y balanceo las piernas mirando la carretera. Si mamá lo dice...
*-*-*-*-*-*


Papá y mamá nos dejan en casa de tita Telma. Mano baja del coche con una cara algo triste, y me pregunto si le pasa algo. Pero como empezamos a jugar con el primo Luis y su cara se alegra un poco, no le digo nada.

A la hora de comer papá y mamá aún no han vuelto, y le pregunto a mano sobre eso. Él dice que están en el hospital con tito.

-Pero si tito viene mañana, ¿por qué van hoy?-replico.

Él se encoge de hombros y se va a la cocina para ayudar a tita Telma a poner la mesa. Comemos en silencio.

Terminamos de comer y, un rato después, tita Telma se va y nos deja jugando. Sin querer, me golpeo fuertemente contra la pared y comienza a salir mucha sangre de mi boca. Mano llama a tita Telma y ella vuelve muy asustada. Me limpian la sangre y me miro al espejo. Y entonces comienzo a llorar, en parte porque mis dientes han quedado hacia fuera y me veo fea, en parte porque duele muchísimo. No sé describir el dolor, pero es muy fuerte.

Tita Telma me abraza y me calmo. Se me han quitado las ganas de jugar, a pesar de que mano y Luis siguen haciéndolo una vez pasado el susto. Simplemente me siento en el sofá, elevo mis rodillas hasta el pecho y pienso en lo fea que me veo ahora y en el qué dirán.

La hora de la cena llega, y papá y mamá regresan. Ellos inmediatamente me preguntan cómo estoy y, cuando miran mi boca, se asustan mucho. Pero yo ya me he olvidado de mi boca, pues pienso en algo totalmente diferente.

-¿Cómo está tito, mamá? Regresa mañana, ¿verdad?

Papá y mamá se miran, y mamá me abraza. Un mal presentimiento se adueña de mí.

-Amelia...-susurra, y me abraza más fuerte aún.

En ese mismo momento comprendo lo que está pasando. Me han mentido. Me suelto bruscamente de su abrazo y comienzo a chillar:

-¿Dónde está tito, mamá? ¿Dónde está?

-Amelia, tito... se ha ido al cielo.

Yo sé qué significa eso. Lo sé muy bien. Y entonces el mundo se me viene encima, y el pecho comienza a doler. No es un dolor como el de la boca. Es mil veces peor. Comienzo a llorar, gritando.

-Dime que no es verdad. DIME QUE NO ES VERDAD.

Mamá niega con la cabeza, y yo me tiro a sus brazos. Ella me rodea y seguimos así un largo rato, hasta que me separa y me dice:

-Debes ser fuerte.

Y yo asiento bañada en lágrimas.
*-*-*-*-*-*


Esta noche no he cenado porque siento demasiado dolor. He deseado irme con él, pero comprendo que la vida sigue.

Pero sigue sin nuestros juegos. Sin sus abrazos. Sin él.

No voy a volver a verle nunca más, y creo que eso es lo que más me duele. Me levanto de la cama y subo corriendo a la terraza. Mamá dijo que tito se fue al cielo, y pienso que quizá, si miro en él, podré verle. Observo las estrellas y, justo en ese instante, la más brillante comienza a parpadear. Sé que, de una forma u otra, él está mirándome.

Comienzo a llorar y bajo. Trato de dormirme, aún con lágrimas en los ojos, y lo logro. Por favor, que todo sea un sueño... Pero, a pesar de todo, me despierto y todo es real.
*-*-*-*-*-*-*


A partir de entonces, todas y cada una de las noches he mirado las estrellas. Y la más brillante siempre parpadea.

Aunque no puedo decirle a una estrella que la quiero.

El pecho sigue doliendo, a pesar de que el dolor de la boca desapareció. Supongo que es porque no se pueden comparar. Cuando te amputan un brazo o una pierna siempre duele, y muchas veces lo sientes ahí, pero sabes que no está, y deseas su vuelta. Y eso es justo lo que me pasa a mí: que una parte de mi corazón ahora está en el cielo, en la estrella que más brilla. Tan cerca y tan lejos. Y sé que nunca traeré esa parte de regreso, sino que estará allá arriba para siempre. Que por mucho que lo desee, no va a volver.

Porque esa parte le corresponde a él, y él está entre las estrellas.

domingo, 30 de diciembre de 2012

Bed of roses

Es un songfic de la canción Bed of roses de Bon Jovi. Pretende evocar cómo se sintió Jon a la hora de escribir esta canción.





Me siento delante del piano y presiono las teclas en un conjunto de melodías disonantes que se amontonan en mi mente, aumentando el dolor. Aún tengo el alcohol en la cabeza, pero no consigo olvidarla. Su cabello rubio y sus ojos verdes como esmeraldas se han quedado grabados a fuego en mi corazón. Cuando desperté ya no estaba; comienzo a pensar que no fue más que un sueño. Pero lo siento tan real que aún creo tenerla en mi cama.

Sitting here wasted and wounded
at this old piano
trying hard to capture the moment
this morning I don't know
'cause a bottle of vodka's
still lodge in my head
and some blond gave me nightmares
I think she's still in my bed.


Sí, realmente me encuentro cansado, y también algo perdido. Porque nadie diría que, sentado en la barra del bar, ella me sonreiría de esa manera. Sonrisa de dientes blancos y textura sincera, pero todas las promesas de amor que pudimos habernos hecho ya quedaron olvidadas. 


As I dream about movies
they won't make of me
when I'm dead.

With an ironclad fist I wake up
and French kiss the morning
while some marching bands keeps
it's own beat in my head
while we're talkin'
about all of the things that I long to believe,
about love the truth and
what you mean to me
and the truth is...
Baby you're all that I need.


Y es que allí sentada era perfecta. Oh, viejo piano, ¿cómo describirla? ¿Y cómo describir lo que sentí al verla allí sola, sonriendo de manera ausente?


I wanna lay you down in a bed of roses.
For tonight I sleep on a bed of nails.
I wanna be just a close as
the Holy Ghost is
and lay you down on a bed of roses.


Ahora, lo único que conservo de ella son recuerdos y un número de teléfono. Y ojalá los teléfonos nos pudieran transportar a donde queremos porque mi único deseo es que estemos juntos. Pero estamos tan lejos que temo que cada paso me aleje más de la ella y me lleve de vuelta a casa. Lo que daría cada noche por verla de nuevo...


Well I'm so far away
that each step that I take is on my way home
a kings ransom in dimes I'd give each night
just to see throught this payphone.
Still I run out of time
or it's hard to het throught
till the bird on the wire flies me back to you
I'll just close my eyes and whisper
Baby blind love is true.


Tan perfecta que esta noche era sólo para los dos. Y ardía en deseos de tumbarla en la cama, y llenarla de besos, besos como pétalos de rosa, besos que no se olviden fácilmente. Sabía que al día siguiente no estaría. Simplemente quería disfrutar del momento.


I wanna lay you down in a bed of roses.
For tonight I sleep on a bed of nails.
I wanna be just a close as
the Holy Ghost is
and lay you down on a bed of roses.


Y también la resaca parece haber desaparecido, pues ahora ya sólo conservo lo que no sé si fue real o imaginado.


The hotel hangover whiskey's gone dry.
The barkeepers wig's crooked
and she's giving me the eye.
I might have said yeah
but I loughed so hard I think I died.


Sea como fuere, quiero que sepa que estaré pensando en ella. Que querré volver a su lado, volver a vivir lo vivido, y lo haría mil veces más. Esta noche no estuve solo, y fue gracias a ella.


While you close your eyes
know I'll be thinking about you
while my mistress she calls me
to stand in her spotlight again.
Tonight I won't be alone
but you know that don't mean
I'm not lonely.
I've got nothing to prove
for it's you that I'd die to defend.


Detengo momentáneamente la melodía, mientras las memorias salen a flote. Si en algún lado ella escucha esta canción... quiero que recuerde que sólo deseo tumbarla en una cama de rosas.


I wanna lay you down in a bed of roses.
For tonight I sleep on a bed of nails.
I wanna be just a close as
the Holy Ghost is
and lay you down on a bed of roses.


Sólo en una cama de rosas...


I wanna lay you down in a bed of roses.
For tonight I sleep on a bed of nails.
I wanna be just a close as
the Holy Ghost is
and lay you down... on a bed of roses...